Cuando los ojos de Lucy parpadearon abiertos esta vez, lo primero que notó fue que estaba sola en la cama de Tom. ¿Se había ido de nuevo como lo había hecho la primera vez que pasaron la noche juntos? Reflexionó sin mover un centímetro de donde estaba.
No sabía cómo había logrado quedarse dormida después de que ambos regresaron a la habitación. Pero lo único que recordaba era que primero había ido al baño para aliviar su vejiga, y cuando se miró en el espejo del baño mientras se lavaba las manos, se dio cuenta de que él había vuelto a quitarse los lentes de contacto.
—¿Cómo es que siempre logras quitarme los lentes? —Preguntó al regresar a la habitación y subirse a la cama, cubriéndose con el edredón ya que Tom ya estaba acostado en su lado de la cama y él estaba sobre el edredón.
Tom se encogió de hombros, sin saber cómo responder la pregunta, —Quiero que duermas cómoda, así que lo intento —murmuró.