—¿Qué está pasando? —preguntó Tom a Bryan mientras colgaba la llamada con Jade y se volvía hacia él, su rostro pálido.
—Es Sonia. Ha comenzado el parto prematuro. No puedo creer que esté pasando ahora. ¡No es su fecha hasta dentro de otro mes!
Tom no dudó. Se arrancó la chaqueta, echándola sobre el banco. —Vamos.
—Ustedes dos pueden ir. Nosotros terminaremos aquí —dijo Harry, y tanto Philip como Lucas asintieron en acuerdo.
—Gracias —dijo Tom mientras se apresuraba a alcanzar a Bryan que ya estaba a medio camino de la puerta, su teléfono apretado en su mano.
Corrieron hacia el coche de Bryan y Tom se deslizó en el asiento del conductor y arrancó el motor mientras Bryan forcejeaba con su cinturón de seguridad, murmurando entre dientes. —¿Y si algo está mal? ¿Si el bebé
—Bryan —interrumpió Tom, su tono firme pero tranquilo—. Nada está mal. Sonia va a estar bien, y también lo estará tu bebé.