—No te preocupes por los resultados que no obtuviste del trabajo que no hiciste. —Desconocido.
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—Perdona. ¿Sabes dónde puedo encontrar a Lucifer? —Irene se detuvo a preguntar a un demonio que pasaba por allí.
Podría llamarlo, pero quería saber el camino hacia donde se encontraba y también ver si otros sabían.
De repente, apareció otro demonio antes de que el primero pudiera siquiera responder. El demonio se inclinó. —Yo te acompañaré, mi señora —dijo.
Irene se sobresaltó. Realmente, Lothaire la estaba vigilando.
El demonio la acompañó, como dijo que haría. La llevó por pasillos que eran más oscuros que los habituales. Algunas paredes estaban pintadas con extrañas criaturas aterradoras y otras contaban una historia, supuso. La historia seguía a una criatura horrenda que parecía representar al diablo. Guiaba a las personas por caminos oscuros y túneles y los llevaba al infierno.