Las noches sin dormir comenzaron de nuevo. Causadas por la misma persona, pero por un motivo diferente. Heaven no podía cerrar los ojos sin ver un par de ojos plateados llenos de enojo.
No podía relajarse para dormir. ¿Qué pasaría si él llegara y matara a todos mientras ella dormía? Sería toda su culpa.
—Sigues despierta —dijo su madre, que yacía junto a ella en la cama. Su madre había estado durmiendo con ella los últimos días. Heaven encontró consuelo en su presencia, y su padre probablemente se sentía solo en ese momento.
—No puedo dormir —admitió Heaven.
—No tienes que preocuparte por nada mientras yo esté aquí —dijo su madre.
—Lo sé. No estoy preocupada —Heaven mintió—. Simplemente no tengo sueño.
—Pero no has estado durmiendo durante muchas noches —su madre sonó preocupada.
Heaven no respondió. En su lugar, cerró los ojos e hizo todo lo posible para dormir. No quería preocupar a su madre.