—¿A dónde vamos? —preguntó Klara mientras seguía a Roshan a través del oscuro bosque.
—Lo verás una vez que lleguemos allí —dijo él.
En medio de la noche, en el bosque, sola sin un arma y con un hombre que podía pelear con diez hombres por sí mismo, probablemente no era una gran idea después de todo.
Klara comenzó a calcular todas las posibles formas en que podría defenderse si él intentara hacer algo.
—¿Qué hiciste con los guardias? —preguntó.
Mientras escapaban notó que todos los guardias yacían inmóviles en el suelo.
—Los puse a dormir —dijo simplemente.
—¿Cómo? Pensé que no podías usar magia.
—No... pero les canté una canción de cuna.
Aunque Klara no podía verlo claramente en la oscuridad, sabía que tenía una sonrisa en el rostro.