Cabello blanco que revoloteaba en el aire mientras que veía a aquel hombre que ella misma había formado para ser un rey.
Una espalda ancha que parecía cubrirlo todo, una espalda que vio como crecía y como se formó. La espalda de Arthur, el verdadero rey y el único que había alcanzado la cima en todo lo que pasó junto a ella.
¿Qué era aquella vista triste que le daba el hombre al momento de despedirse y mirarla con lástima?
Debería odiarla.
¿Por qué la miraba como si estuviera esperando que ella se moviera?
No lo hizo.
Se quedó viendo como el hombre se alejaba de a poco, a cada paso y cada movimiento antes de desaparecer por completo y dejarla sola.
Fue raro.
Una sensación de aburrimiento repentino llegó en su interior al momento de ver como Arthur dejaba su lado. No es como si realmente le hubiera disgustado la compañía del hombre hasta ahora, tampoco es que fuese una molestia o algo parecido.
Había sido una fuente de entretenimiento por un buen tiempo, una fuente en la que solo podía disfrutar por la forma en la que había visto el crecer del hombre, el ver a aquella figura tímida y diminuta a aquella montaña que ahora se cernía sobre los cielos cruzándolos como si fuese a tocar el sol.
¿La diversión que había obtenido todo este tiempo fue realmente una buena?
Podía asegurarlo, fue un entretenimiento que no se replicaría, ella lo sabía, ella sabía muy bien que no importara cuanto lo intentara o cuanto quisiera mover las cosas para que ese pequeño momento en el cual vio nacer aquella leyenda se volviera a repetir.
Ella sabía que aquel entretenimiento se había detenido para siempre. No es que él hombre la odiara en este momento o que representara una amenaza real hacia ella, pero ¿cómo no dudar en un futuro?
No podía confiar en nadie al final del día, no cuando ella estaba tan alejada de lo que había significado "humano" en todo sentido.
Alzó su cabeza y vio el sol cayendo ante ella, los rayos rojos tomaron presencia ante aquel sol amarillo brillante que había estado presente ante ella hasta ese momento.
Un atardecer que podría considerarse hermoso, pero solo era una partida para ella, un momento en el cual ella se quedaba sin nada más que su persona una vez más en busca de algo que ver o algo en lo que poder intervenir.
Pensaría con propiedad en las consecuencias de sus acciones en otro momento, ahora no tenía ganas de hacer algo.
Inclinó la cabeza, y miró aquel atardecer naranja pálido.
No le gustó aquel color, era demasiado oscuro para su gusto, casi sin vida, aunque quizá eso era lo que se podría considerar como el atardecer, como la muerte de la luz con el paso de la oscuridad, dejando aquel atardecer como nada más que un punto de vida y muerte juntas.
La sonrisa que siempre portó en su rostro se fue mermando cuando se dio cuenta de cómo el sol empezó a descender por completo y toda emoción junto con todo interés fue cayendo ante ese instante.
No había nada, no quedó nada en lo que pensar, ¿un mundo en el cual ella era reconocida y alabada?
No era malo de igual forma, a ella le gustaban los humanos, pero no es como si no pudiera ver la línea que se había dibujado ante ella y como no podía simplemente quitarse de la cabeza el hecho de que esa línea autoimpuesta no podía ser cruzada por más que quisiera.
¿Por qué pensó en cosas tan complicadas en este momento?, no es como si fuese un adiós final para ella o para Arthur, no es como si ella no pudiera divertirse de otra forma o buscar algo más que la pudiera mantener atrapada a un lugar.
¿Qué era sensación de molestia?
No era importante para ella ahora. negó para sí misma con la cabeza intentando alejar todo pensamiento molesto.
Dando un suspiro la albina miró sus manos y el bastón en sus manos y las mangas de su traje, incluso sabiendo de su apariencia y de su buen porte, ¿Cómo podía hacer algo para disfrutar del tiempo que ahora tenía?
Miró al suelo y vio como el pasto con algunos charcos, caminó y se miró en el charco y miró su reflejo que poco a poco se iba marchitando por la luz que iba cayendo.
No le gustó.
Un ademán de mano junto con el brillo de su bastón fue todo lo que necesitó para dejar también aquel lugar sin mirar atrás.
...
La sonrisa en el rostro de Merlín había vuelto después de un tiempo en aquel mundo. Ella había estado viendo a una aldea la cual había tomado interés por las personas y en cierta forma por uno de los jóvenes.
Quiso repetir lo mismo que hizo con Arthur.
El mismo entretenimiento, la misma diversión que le había dado aquella primera vez que había visto al hombre crecer y desafiar al mundo entero dando como resultado su mejor creación.
Un héroe máximo.
Merlín mordió una manzana con una sonrisa pensando en lo que haría hoy. Había estado fuera del pueblo para buscar materiales para el siguiente paso de su entretenimiento, los humanos eran realmente algo para ella, más que un entretenimiento, pero no tanto como un querer.
El sonido de la manzana siendo mordida sonó con fuerza cuando ella tarareó mientras que pensaba en lo próximo que haría.
El sonido de una manzana siendo mordida hizo que Merlín se quedara quieta.
Esa no fue una mordida dada por ella...
No se quedó quieta, se giró con cuidado con la alerta al máximo y vio a una persona que nunca había visto, su presencia misma tampoco era lo que llamaba normal. Los ojos de Merlín se abrieron cuando vio de algo parecido a cadenas en el hombre, casi como si estuviera y a la vez no en el cuerpo del hombre.
―El hecho de que tengas bendiciones y beneficios del mundo no significa que puedas abusar de ellos ―el hombre mordió la manzana una vez más comiéndola sin cuidado.
Merlín miró al hombre con una sonrisa encantadora, se giró e hizo una pequeña reverencia tomando los bordes de su vestido.
― ¿Puedo saber el nombre de la persona que ha aparecido sin un saludo? ―una forma de hablar clásica y poco cuidada.
Contrastó con la forma de hablar del hombre.
Ante aquel atardecer frente a ella que iba cayendo.
Miró en lo alto de una de las ramas a un hombre, armadura negra con botas del mismo color, una capa blanca que cubría casi todo su cuerpo estaba colgando alrededor de su cuello meciéndose suavemente con el viento.
El cabello del hombre caído hacia el frente, un color parecido al de las cenizas y una tez bronceada junto con una mirada de aburrimiento casi como si ella no representara nada ante sus ojos.
Era la primera vez en su vida que Merlín recibía aquella mirada.
― ¿Realmente importa mi nombre?, no eres tan importante para saberlo ―el hombre mordió la manzana y miró a la mujer que a pesar de su sonrisa mostró un rostro de estupor por la reacción que estaba recibiendo.
― ¿Perdón?
―Ya es mucho el simple hecho de dejarte viva, ya es mucho el simple hecho de que esté aquí hablando contigo, solo lo hago por órdenes de arriba ―el hombre dio un último mordisco a la manzana antes de bajarse del árbol y comenzar a caminar hacia Merlín la cual dio un paso atrás sin comprender bien la situación.
―No te entiendo ―el tono amable y juguetón de la mujer no cayó en ningún momento, más la mirada de la mujer iba en los brazos del hombre que parecía no tener el más mínimo interés de hacer algún movimiento.
―No es necesario que lo hagas, solucioné tu problema después de todo ―una última mordida fue dada a la manzana por parte del hombre de tez morena antes de dejar caer el corazón de la manzana a los pies de la mujer.
Ella vio como esta rodó hasta quedar frente a ella.
Cuando levantó la cabeza el hombre ante ella ya había desaparecido al igual que había llegado.
De la nada y sin ningún aviso.
Ella dudó unos segundos más antes de darse la vuelta y seguir su camino hacia el pueblo que había estado visitando en las últimas semanas. Caminó, pero esta vez mejorándose con magia, casi volando al ver la columna de humo que se empezaba a asomar desde lo lejos.
No fue el espectáculo que esperó el que tuvo en frente cuando puso un pie dentro del territorio del pueblo una vez más.
Las plantas de sus zapatos se mancharon antes de darse cuenta.
Había sangre por todos lados.
Cuerpos de miles de personas esparcidos por doquier. Ancianos que había ayudado antes ahora estaban pegados contra las casas, como si hubieran sido golpeados con un objeto punzante y luego fueran clavados contra el lugar de su muerte.
Flechas.
Merlín perdió de a poco su sonrisa cuanto más caminaba dentro del pueblo. Si bien ella no estaba tan del lado humano junto con el "sacrificio" que podía dar por estos, eso no significaba su apatía completa hacia estos humanos que tanto entretenimiento le brindaban.
Se quedó quieta al ver una escena que fue algo grotesca.
Un padre abrazando a su esposa. Merlín los conocía, ella había jugado con el bebé en brazos de la mujer que ahora estaba muerta.
Incluso los recién nacidos...
Ella siguió caminando hasta llegar hasta la casa que había estado usando hasta hace poco tiempo, fue entonces que lo vio.
Su proyecto.
La persona que había estado tomando interés en este mundo, el humano que creyó que iba a darle un buen entretenimiento.
Muerto con la garganta abierta a diferencia de los demás habitantes del lugar. Era obvio como el joven intentó defenderse del atacante.
Merlín miró el suelo y vio como no había casi señales de batalla, solo una hendidura en la madera en un extremo de la habitación y en el otro extremo el cuerpo caído del que había sido el humano que había sido de interés.
No fue una pelea.
Fue simplemente una ejecución.
Ella se quedó quieta y miró al joven ante ella pensando en todo el potencial que se había perdido en tan solo unas horas en las que había estado fuera.
¿Quién fue ese hombre otra vez?
Ella recordaría esto.
...
Un nuevo mundo, un nuevo intento.
Ella sonrió ante los humanos que se habían reunido a su alrededor. Disfrutaba de lo que podían hacer aquellos seres, incluso con todas las falencias que contaban, ella de verdad disfrutaba de la vista que podía obtener de aquellos tontos.
Incluso con lo separada que se sintió de ellos, aún podía sentir la calidez que podrían brindar aquella especie que a veces era codiciosa y otras veces tan amable.
Ella estaba sentada alrededor de unos niños, estaba jugando con ellos mostrando un poco su magia. Siempre le encantó el roll de "hermana mayor", su paciencia también fue una de las cosas que ella podía destacar para tratar con humanos.
Risas simples y carcajadas sonaban a su alrededor. No solo fueron niños los que estaban riendo por los trucos que estaba mostrando, adultos y ancianos estaban a su alrededor mientras que jugaba con los niños haciendo pequeños trucos, apareciendo cosas y mostrando pequeños brillos.
Fue divertido el ver como el corazón de incluso una persona corrupta podía reconocer el entretenimiento, incluso con un corazón tan pútrido y un alma tan sucia como la que presentaban algunos, incluso con un alma tan corrupta y una mente tan desviada... los humanos aún podían estar ahí para disfrutar de las pequeñas cosas que sucedían en su día a día.
Un mundo profano, un mundo imperfecto.
Ese era un mundo con humanos.
Fue por eso, que a pesar del disgusto que ellos mismos se podían generar es que ella aún disfrutaba de la compañía humana.
Aplaudió dejando que el brillo que había estado en sus manos desapareciera dando fin a su espectáculo el cual mucha gente alrededor de la plaza en la que estaba habían estado contemplando con tanto interés.
Un aplauso seguido de una ola de estos fue escuchado mientras que Merlín se reía ante ese pequeño acto que reflejaba algo tan simple como la felicidad momentánea en los humanos.
Después de los aplausos una serie de silbidos fueron escuchados por todos. La risa y emoción pasó a una confusión en menos de un par de segundos.
Personas cayendo al suelo como si hubieran sido empujadas por algo. Los ojos de Merlín se abrieron ante aquello, no reconoció la dirección de las flechas, mucho menos sintió el mana o algo para el lanzamiento.
Era como si simplemente hubieran aparecido de golpe.
No lo dudó.
Alzó una barrera tan rápido como pudo sobre las personas que estaban a su alrededor y miró la confusión en el rostro de cada uno de los humanos que estaban ahora temblando y suplicando.
Los que había visto robando y golpeando a los demás, aquellos que se habían quedado viendo el espectáculo que ella había montado... incluso esas personas estaban temblando y con confusión, mostrando un abanico de emociones enorme que iban desde el miedo hasta la ira.
Ella solo pudo ver como las personas que corrían hacia ella caían una a una en busca de una pequeña esperanza.
Fue instantáneo.
No es como si ella pudiera hacer mucho más cuando no podía si quiera ver desde donde estaban saliendo las flechas, flechas que parecían ser lanzadas por un ejército entero, no fueron solo decenas sino cientos de estas que volaban en aquella ciudad que había empezado a tomar agrado.
Fue una ejecución instantánea para todo aquel que estaba fuera de su barrera. Las flechas que chocaban eran obviamente dirigidas para matar humanos, eso era lo más evidente por como simplemente eran detenidas por algo que hizo en un instante.
El aluvión se detuvo cuando los veinte segundos pasaron, ella cerró los ojos cuando sintió como toda vida alrededor de la ciudad se había ido de golpe.
Un estallido fue escuchado frente a ella haciendo que abriera los ojos.
Allí estaba una vez más, aquel hombre alto con una mirada perdida quien la miraba como si fuese nada más que un insecto. Merlín solo podía quedarse sorprendida ante eso, si bien había recibido muchas miradas a lo largo del tiempo, ese tipo de mirada, una mirada que señalaba el nulo interés en algo.
Sintió un escalofrió ante esa mirada que parecía que solo miraba una piedra o algo menos que un insecto.
Le gustó.
―Pensé que entenderías los límites ―el hombre con la armadura negra y la capa blanca miró con molestia a las personas que estaban casi abrazando los pies de la mujer.
― ¿Límites? ―Merlín preguntó viendo como el hombre cerró los ojos antes de dar un suspiro, se le notaba cansado a primera vista―. La vez que nos vimos solo me dijiste que cuidaste mi problema, pero no recordaba haber hecho algo que--
―No puedes crear reyes por donde pases y donde quieras ―la voz del hombre sonó fuerte, pero sin llegar a ser una molesta.
No había emoción en aquella voz, solo algo parecido a una orden que estaba siendo dada, simplemente fueron palabras que parecían una sentencia, o al menos eso fue lo que Merlín pudo escuchar.
Ella sonrió, no bajó su sonrisa y miró al hombre quien alzó una ceja ante eso.
―No he pensado en crear algo como eso, ¿eres un Counter Guardian no es así? ―Merlín le sonrió y alzó una mano para saludar―. No veo el punto de porque has borrado por segunda vez donde he pasado.
― ¿Incluso siendo quién eres no lo has pensando? ―el hombre inclinó la cabeza con un rostro igual de plano, el único deje de emoción fue el que le haya alzado la ceja, después de eso parecía como si el rostro del hombre ni siquiera se moviese.
― ¿Debería de preocuparme? ―ella inclinó su cabeza ante las palabras del hombre. Si bien le dio curiosidad el hecho, no entendió por qué y tampoco le llegó a importar.
―Creí que lo tomarías por tú cuenta, siéntete honrada, te daré la respuesta ―el hombre empezó a caminar hacia adelante generando pánico.
Cuando llegó frente a la barrera solo extendió una mano y miró la barrera que cubría a la mujer y a aquellos humanos supervivientes.
― ¿Es así?, parece ser una amabilidad bastante grande, ¿qué desea a cambio? ―ella comentó con soltura viendo como un lado de las mejillas del hombre se curvó en una mueca semejante a una sonrisa.
―Baja la barrera y déjame terminar mi trabajo.
Las personas empezaron a entrar en pánico, el miedo carcomió a los humanos que empezaban a mirar a Merlín como la esperanza máxima que podían tener.
Merlín no bajó su sonrisa, pero su mirada se afiló cuando vio al hombre acercarse y tocar su barrera. La persona frente a ella podría quebrarla, eso era un hecho, ¿pero por qué tanta amabilidad?
¿Evitaba el conflicto innecesario quizá?
― ¿Cómo puedo estar seguro de que no estás mintiendo o que al momento de que baje esto no me atacaras?
―Una vez más ―el hombre respondió rápidamente cuando Merlín terminó su pregunta―. No estás destinada a ser eliminada, a pesar de las ganas que tenga de cortar tu cuello y separar tú hermosa cabeza del resto de tú cuerpo, no eres alguien que sea designada para tratar.
― ¿Soy hermosa? ―Merlín alzó sus manos y se llevó las manos a su rostro como si estuviera avergonzada del cumplido―, para que alguien como un guardián me de tal cumplido debo ser realmente hermosa.
― ¿Vas a bajar la barrera? ―la pregunta del hombre hizo que la sonrisa de Merlín dudara por unos segundos ante la vista de las personas que estaban rogando para que no se diera el caso.
― ¿No hay opción? ―ella ya sabía la respuesta, pero simplemente lo preguntó para ella misma.
Sin que los humanos se dieran cuenta dejó la carrera tan débil como para que se rompiera con un solo golpe de un dedo.
La mueca del hombre cambió a una sonrisa hueca, solo para completar.
―No.
El sonido de fracturas llegó junto con el chillido de las personas y estalló con la caída de la barrera.
No hubo reacción para nadie, no hubo posibilidad de poder hacer algo para poder reaccionar, fueron espadas a los ojos de Merlín que aparecieron de la nada y dispararon directamente a la gente a su alrededor haciendo que su vestido cayera manchado en sangre.
La sonrisa de la mujer después de mucho tiempo se apagó ante ese pequeño acto.
―No conozco esa magia que has usado, ¿qué fue?, ¿algo especial de los guardianes? ―Merlín miró a las personas en el suelo. Su sonrisa no volvió a pesar de intentar forzar aquel gesto.
Fue raro, no es como si ella estuviera en un punto en el cual pudiera considerarse "humana" o algo parecido. Ella misma sabía que no era la más cercana a ellos, pero de todas formas una muerte tan brutal, el poco tacto y el nulo interés por la vida que mostró el hombre solo la hizo quedarse quieta.
―Algo personal ―el hombre caminó hasta estar parado frente a la mujer.
En ese momento Merlín vio la diferencia de altura y pudo ver al hombre de cerca.
―Eres más guapo de frente que a escondidas, deberías evitar usar esa capa que cubre la mitad de tu rostro, es un desperdicio ―la sonrisa de Merlín volvió de manera tímida mientras que vio como no hubo cambio en la expresión del hombre.
El sonido de la sangre siendo pisada y esparcida llegó a oídos de Merlín quien miró al hombre que se había quedado justo frente a ella.
―Deberías dejar de meterte con mundos que no puedes controlar ―el hombre alzó una mano y tocó uno de los mechones largos de la mujer, mechón que estaba cubierto de sangre.
―Hablas como si hubiera hecho algo realmente malo ―Merlín miró como la sonrisa de burla del hombre ahora reemplazaba su estado sin emoción.
―Lo haces, haces que tenga que hacer más trabajo, tú sola presencia en este lado es molesta para los mundos ―Merlín infló los cachetes ante ese hecho.
―No me gusta que me consideren una molestia.
―Lo eres ahora ―la mano del hombre subió del cabello a la cara de la mujer, manchando el rostro de esta con la sangre que se había derramado―. Incluso hasta el último instante, esos tontos me maldijeron y no a ti por romper apropósito tu barrera.
Merlín miró al suelo y luego volvió a mirar al hombre quien no paró de mirarla como si se estuviera riendo de ella.
No le gustó eso.
―Un guardián que solo elimina y mantiene lo que llaman "equilibrio", no me es divertido ―la cara de Merlín pasó de una sonrisa tímida a una casi de pena.
Incluso con su actitud jovial y su tranquilidad por toda situación.
Esta era la segunda vez que veía morir a todos los humanos que le llegaron a agradar.
―No confundas la obra de la realidad con tu pequeño juego para desafiar el destino ―Merlín vio la mano del hombre caer y mirarla como si esperara algo de ella.
―A pesar de que es la segunda vez que nos vemos aún no sé tú nombre ―Merlín vio como el hombre dudó unos segundos antes de suspirar.
―Archer.
―Ese no es un nombre ―ella infló los cachetes ante la respuesta del hombre.
―No tengo un nombre que sea para recordar, prefiero mi clase a algo más que un simple nombre que cae en el olvido y no es algo que sea de mencionar o recordar ―Merlín miró a Archer quien caminó hasta una de las bancas que había estado cerca de ella mientras que dio su show.
―Mucho mismísimo y auto degradación, ¿todos los guardianes del equilibrio son así de deprimentes? ―Merlín dejó su bastón clavado y miró al hombre quien alzó una ceja al ver como la mujer se acercó a él pesar de todo.
―Eres menos emocional de lo que creí.
―No es que no tenga emociones como estás pensando ―Merlín suspiró para ver sus pies que estaban cubiertos del líquido rojo―, simplemente... no sé cómo sentirme ante esto, sé que tengo que estar triste, realmente disfruté el haber estado en este lugar, ¿por qué volvió a caer por mi culpa?
―Interfieres con la creación del mundo ―la simple respuesta de Archer hizo que Merlín hiciera un sonido de molestia.
―No tiene sentido, solo por querer estar en un lugar un poco más de tiempo, ¿ya es malo para ese mundo? ―ella tuvo curiosidad.
No es que fuese de las primeras veces que iba a un mundo, pero sí era la primera vez que presenciaba esta clase de eventos, y por no mencionar que era la segunda vez que por su presencia un lugar en crecimiento quedó reducida a nada más que un grupo de casas y edificios que probablemente serían solo el nido para bandidos.
―Eres mala para cualquier mundo ―Merlín alzó una ceja y vio la sonrisa de arrogancia del hombre. La mujer parpadeó ante el hecho de que algo como un guardián se estuviera metiendo con ella.
Eso era nuevo incluso para ella.
― ¿Realmente?, pensé que te gustaba mi rostro ―la mujer sonrió e hizo que el hombre bufara con diversión.
―Deberías quedarte alejada de todo lo humano, ya sea directa o indirectamente estás causando un desastre en varias líneas de tiempo, para es mi trabajo extra y no puedo terminar contigo que es lo más molesto.
―Debes tener mucha confianza para decir que puedes matarme ―Merlín se inclinó y se dejó apoyar en el hombro del Archer quien alzó una ceja ante la actitud tan frívola de mujer que pensó que sería como aquella versión que conocía que era "el Merlín canónico" por la línea entre las dimensiones que estaba.
―Deberías volver a tu sección, esta región no es para tu disfrute, generarías menos problemas si te quedaras en tu parte ―Merlín abrió los ojos ante las palabras del hombre.
― ¿Palabras de arriba?
―Palabras de arriba ―Archer contestó dando un suspiro.
―Pareces más hablador que la última vez ―el interés de la mujer creció ante la vista del hombre, era deprimente el solo verlo, el rostro cansado y la mirada más muerte que jamás había visto en alguien.
―Tengo tiempo extra para estar en este lugar ―el hombre miró la ciudad que estaba ardiendo a cada segundo que pasaba.
Había detonado ciertas zonas después de haber matado a todos los involucrados.
―Eh... ―una sonrisa vino en el rostro de Merlín ante aquello―, sabes, no pudiste obtener mejor compañía para tu tiempo extra.
A pesar de su estado sucio con sangre y el rostro manchado por acción del mismo guardián, Merlín sonrió y se rió de la situación.
Emiya soltó un bufido, Merlín no logró identificar si fue por diversión o de lo absurdo de la situación.
―A veces olvido que puedo hablar, el tener que tratar con personas como tú me hacen recordar que aún puedo hacerlo ―la voz del hombre sonó casi con diversión. Aquello hubiera sido entretenido para Merlín si es que al menos la emoción que mostraba el hombre fuese mínimamente real.
― ¿Eres algún tipo de construcción de parte de la humanidad para ser un guardián? ―la pregunta hizo que el hombre levante una ceja ante el comentario.
―No, se me ofreció el contrato a su tiempo y acepté ―la respuesta hizo que Merlín diera un simple "Oh" de respuesta.
―No pareces humano.
―Lo he escuchado incluso en vida.
― ¿Cuánto tiempo pasó de eso?
―No puedo recordarlo.
Merlín frunció el ceño ante eso, pero no se quejó porque el hombre estaba respondiendo a sus preguntas.
― ¿No te sientes cansado de matar siempre? ―la pregunta vino con Merlín ladeando la cabeza.
―No lo siento hace tiempo si te soy sincero ―el hombre ni siquiera dejó de ver el cielo, solo se quedó mirando aquel cielo azul como si fuese algo que no había visto en mucho tiempo.
―Pensé que fuiste humano alguna vez, ¿no sientes nada por ellos? ―Merlín preguntó con genuina curiosidad al hombre a su lado.
― ¿Compasión o algo parecido? ―el hombre devolvió la pregunta siendo contestado por Merlín asintiendo con la cabeza―. Me gustaría, pero en este punto, ¿de qué sirve llorar por lo que se derraba de la copa cuando el suelo está repleto de vino?
Una risa amena salió de Merlín ante esa analogía de Archer. El hombre alzó una ceja de nuevo por la actitud tan tranquila de la mujer.
―Me agradan los humanos ―ella no mintió en eso, a ella le entretenía el poder convivir con ellos y poder pasar tiempo con aquellos seres, pero el cariño y el afecto eran dos cosas que ella medía de forma muy distinta para los humanos―. Es raro supongo, por más que intento no puedo acercarme del todo a ellos, los extraño, pero al mismo tiempo los olvido, ¿eso es malo?
Archer se quedó callado reflexionando en aquella pregunta.
―No lo creo, supongo que caería en tú definición de "malo" en todo caso ―el hombre miró a la mujer quien parpadeó confundida. Los ojos rosas de la mujer mostraron confusión, confusión que por pequeña que fuese, entretuvo al hombre―. No lo pienses tanto, el simple hecho de considerarlo ya te quita de la lista de monstruos que conozco, pero sí, no haces el bien saltando de mundo en mundo.
― ¿Cómo definirías el bien?, mencionaste que depende de mí el mencionar el mal, pero no como reflejo el bien, ¿también es en base a lo que creo? ―si bien ella era conocida por su "sabiduría", no todos los días uno podía tener una charla con un guardián del equilibrio.
―El bien... ―la mirada de Emiya parecía casi soñadora por unos segundos antes de volver a caer en el foso sin luz―. Se puede decir que el bien general y el bien personal son dos cosas, no hay bondad total como no hay maldad total, el decir que algo es malo es solo designar un punto de vista, has visto lo que he hecho, ¿qué te parece que soy?
―Malo ―ella alzó una mano y respondió como si de un niño se tratase al responder a un profesor.
El hombre sonrió de lado ante la actitud de la mujer.
―Correcto, el villano que soy para el mundo es el mismo reflejo del héroe que soy, la justicia es ciega, el decidir el bien y el mal no está para que podas juzgarlo ―Emiya miró como Merlín se interesó por sus palabras.
― ¿Entonces quién puede juzgar? ―ella tuvo curiosidad de la respuesta del hombre.
―No hay juez.
La confusión se plasmó en el rostro de Merlín.
―No hay algo así como un juez que dicte una sentencia, solo somos simples piezas que creen tener voz, unos más libres que otros por supuesto ―Emiya miró a Merlín quien se rió por lo bajo ante el obvio comentario.
―Entonces si no hay juez, ¿por qué das una ejecución? ―ella vio al hombre ponerse de pie y tomar la capa blanca que tenía y empezar a limpiar el rostro que antes había manchado.
Merlín parpadeó.
¿Se arrepentía de haberlo hecho?
Era posible, quizá por sus preguntas ahora el hombre la veía como una niña ignorante y que no entendía el peso de sus acciones, quizá por eso pasó de estar de mal humor a un humor mucho más tranquilo conforme daba respuestas.
Archer pensaba en Merlín como alguien que no comprendía el poder su propia presencia, entonces el odio y disgusto se fue mermando. Archer no supo que pensar de la mujer que había causado ya dos momentos de acción.
Si bien ella creaba aquellas irregularidades, no fue con mala voluntad, tampoco con una intención de crear molestia.
Solo fue una niña que buscaba diversión, diversión que era una condena para muchos y entretenimiento que cayó en la muerte de otros.
―No hago ejecuciones, solo sigo una voluntad, tampoco puedo ir contra esa voluntad, solo soy un títere en la existencia, pero no puedo si quiera cortar mis cuerdas ―la sonrisa del hombre fue leve mientras que terminaba de limpiar el rostro de la mujer quien miraba cada gesto que hacía.
―Al no poder revelarte y no querer hacer lo que haces, ¿por qué aceptaste en un principio esto? ―la pregunta no tuvo respuesta solo un suspiro y una leve risa forzada el hombre.
―Hay veces que el sueño de un niño puede ser mucho más peligroso que de lo que uno podría imaginar ―la respuesta de Archer hizo que Merlín se quedara viendo al hombre unos segundos más.
No había emoción real en su rostro, no había nada en el rostro del hombre que indicara algo.
Ira, tristeza o molestia por su situación.
Le interesó, mucho más de lo que ella podría creer.
―Esta es la última advertencia, puedes seguir viajando, pero quédate fuera de donde puedes ejercer influencia, incluso siendo quién eres... ―parecía que el hombre iba a decir algo, pero negó al final con la cabeza y se giró―. No quiero seguir limpiando pequeñas cosas como estas.
Merlín se quedó callada viendo al hombre quien no parecía parpadear en lo absoluto.
― ¿Eres feliz? ―ella tuvo curiosidad al ver al hombre.
― ¿Felicidad? ―fue casi como si él hombre se estuviera cuestionando el significado de aquella palabra―. No puedo decir algo que desconozco.
La sonrisa de Merlín creció.
Su interés solo había aumentado más en aquel momento.
― ¡Dime tú nombre! ―ella lo señaló con el dedo y esperó a que Archer se girara y la viera. El hombre no entendió porque el cambio repentino de actitud de parte de la mujer―. ¡No te preocupes, incluso si nadie te recuerda yo lo haré!
Los ojos del hombre se abrieron de sorpresa ante aquello.
Una risa silenciosa y casi viciosa salió del hombre mientras que veía a la mujer.
― ¿Por qué recordarías mi nombre? ―la pregunta fue dada con un tono burlesco―, ¿es para vengarte o simplemente palabrería?
― ¡Porqué te liberaré! ―Archer abrió los ojos en sorpresa.
― ¿Qué? ―después de unos segundos de confusión visible el hombre dio un suspiro y miró otra vez a la albina―. No es posible, algo como eso ni siquiera podría ser logrado con el grial.
― ¡¿Dudas del poder de la maga más grande que haya existido?! ―la proclamación junto con la emoción exagerada hicieron que Archer sonriera de lado.
Falso.
Merlín podía decirlo.
Era como ver a una maquina imitar un simple programa y ejecutarlo cuando era necesario.
Interesante.
A cada palabra que cruzaba con el hombre solo podía crecer más su interés.
―Dudar o creer solo sé una cosa y es un hecho que no se puede cambiar ―el hombre se giró y miró a la mujer a los ojos, la convicción en el rostro de Merlín era algo le pareció entretenido.
El hierro chocó contra la amatista antes de que el hombre sonriera de lado y se girara una vez más.
―Emiya.
Aquella última palabra fue dada por el hombre antes de desaparecer en motas azules y dejar un lugar vacío donde antes había estado aquella singularidad de ser. Merlín miró con interés aquel lugar y sonrió.
Había encontrado entretenimiento para un muy buen tiempo.
...
―Posiblemente he estado esperando por mucho tiempo por algún tipo de compañía.
― ¿No te parece la mía la mejor?
―He estado escuchando muchas cosas a lo largo de las eras, cada comentario y cada posible respuesta.
―Debes tener mucho tiempo libre.
―Y entre todo ese mar de recuerdos fragmentados...
― ¿Ahora eres un poeta?
―Hubiera deseado que cualquiera estuviera menos tú...
― ¿Por qué soy demasiado adorable?
―Porque no te puedes callar un maldito segundo.
Emiya miró a la mujer que estaba sentada frente a él, estaba moviendo sus pies como si estuviera viajando para algún tipo de excursión. La mujer estaba sonriendo mientras que jugaba con el bastón que estaba sobre su regazo.
― ¿Cuál es tú objetivo final? ―la voz del hombre sonó calmada mientras que veía a la mujer que estaba sonriendo ante él.
― ¡Liberarte! ―la voz de la mujer fue animada, eso junto con la emoción en su rostro solo hizo que se ganara un rechistar de lengua de parte de Emiya.
―No creo en tus palabras.
― ¿Cuándo te he mentido para que desconfíes tanto de mí? ―la mujer alzó las cejas y miró al hombre en confusión―. ¿Entonces por qué preguntas? ―la mujer rodó los ojos y luego infló sus cachetes y miró al hombre ante ella de manera molesta.
―Quiero una respuesta.
― ¿Acaso crees que soy una mentirosa?
―Eres Merlín, creer tú palabra sería lo mismo que decir que el cielo es rojo.
―Bueno, el cielo es solo una refracción del--
―Sarcasmo.
―Oh... ―Merlín abrió la boca y pensó en ello unos segundos antes de sonreír otra vez―, ¿no estás feliz con mi trato?
―Un trato tonto, uno que no tiene sentido, ¿por qué debería ser real? ―Emiya movió sus manos y miró a Merlín quien estaba jugando ahora con su pelo. La mujer estaba sonriendo mientras que jugaba con el cabello.
Emiya miró a la mujer, estaba vestido con una túnica blanca y abajo podía ver algo parecido a un vestido negro ajustado, sandalias y trozo de tela que no correspondían a ningún lugar.
Extravagante.
Ese fue el pensamiento de Emiya tuvo de la ropa de la mujer ante él.
―Harás que me sienta incomoda si sigues mirándome tan fijamente ―la sonrisa y un leve sonrojo estaban en el rostro de la mujer de cabello blanco.
―Pura mierda ―la respuesta de Emiya fue con molestia.
―Eh... lastimarás el corazón de esta pobre doncella si sigues--
― ¿Cuál es tu deseo final? ―la pregunta de Emiya sonó con fuerza, el hombre se inclinó hacia adelante y quedó rostro a rostro contra la mujer quien empezó a sonreír.
―No sé de lo que hablas, al final yo--
―No sé cómo hiciste un trato con Alaya para convocarme aquí, sé cuál es mi misión, así que dilo.
―Eh... ―Merlín sonrió y miró al hombre con diversión―, ¿por qué tanta insistencia?, además he viajado por todos lados, ¿no es obvio que conozca algún método para requerir refuerzos?
―Lo haces por entretenimiento ―Emiya comentó con simpleza para recostarse en su asiento.
Merlín se rió del hombre e hizo lo mismo.
Ambos estaban sentados cara a cara en un tren, lo diferente era el diseño de este, era más que evidente la clase y el costo como lo rustico del diseño del interior.
―Hablas como si me conocieras ―la sonrisa en el rostro de Merlín jamás abandonó su lugar, ella solo miró al hombre que parecía inalterable, esos ojos que no mostraban ni siquiera el más pequeño brillo de esperanza.
Le estaba fascinando esa vista.
―Te conozco lo suficiente, sé que eres Merlín como a la vez no lo eres ―Emiya se cruzó de brazos y miró sin interés a la mujer―, pero de todos modos el hecho de que hayas logrado tanto es un hecho, ¿qué es lo que buscas al final?
La sonrisa de la mujer solo aumentó.
― ¿No es obvio?, te he visto en más de una misión, la mancha roja, el heraldo carmesí, la flecha sin nombre--
―Detente ahí ―Merlín solo se quedó sonriendo y viendo como Emiya estaba frotándose la frente con molestia―¸ ¿de dónde sacaste esos títulos tan raros?
―Avistamientos a lo largo de la historia humana, cada uno tiene su leyenda, pero obviamente no pasas más allá de un simple don nadie, es triste que incluso con una eternidad de tiempo no tengas ni siquiera un pequeño culto ―al terminar aquella oración la mujer empezó a reír mientras que Emiya solo la miró.
― ¿Se supone que era una broma? ―la respuesta del hombre solo hizo que la risa de la mujer estallase con más fuerza.
― "¿Se supone que era una broma?" ―Merlín remedó aquella frase con un tono de voz más grave obviamente siendo una imitación pobre de lo que había sido Emiya.
La risa volvió a salir de la mujer que empezó a golpear la mesa frente a ella. Las personas alrededor que compartían el lugar empezaron a girarse y ver a la mujer que estaba con la frente pegada contra la mesa y riéndose sin control mientras que golpeaba la mesa misma.
― ¿Has terminado de hacer una escena? ―Emiya vio como Merlín había levantado la cabeza, pero al momento de hacer la pregunta la mujer volvió a reírse como si no hubiera un mañana.
Bien.
Emiya pensó en eso y empezó a molestarse, pensó que algo como generar enojo o ira en él ya no era posible.
Esa mujer estaba mostrando lo contrario.
―Lo siento... ―Merlín estaba con la cabeza pegada en la mesa, giró el rostro y miró a Emiya quien la miraba desde arriba―, es solo que tanta seriedad de tú parte es divertida.
― ¿Y cómo esperabas que actúe? ―Emiya movió una mano y tocó una de las orejas de la mujer.
Los ojos de Merlín se abrieron ante eso, pero el sentimiento murió al sentir el tirón.
―Oye... ¡Eso duele! ―Merlín se sentó y alejó la mano del hombre de su oreja algo roja―, ¿Cómo puedes tratar a una dama así?
―No veo a ninguna dama frente a mí.
Merlín le sacó la lengua para terminar dando un suspiro.
―Necesito tú ayuda en esto, negocié con Alaya por una razón, no es como si quisiera hablar con esa cosa... ―Merlín sonrió, pero se le notó lo tensa que estaba ante el recuerdo.
―Pensé que ella no te tenía tanto en su dominio.
―Es por eso que estamos en este lugar ―Merlín señaló a su alrededor extendiendo los brazos―, digamos que hice... algo que molestó a esa cosa que tienes de maestro...
― ¿Tienes miedo de que envíen algún Counter Guardian para cazarte? ―Emiya alzó una ceja y vio como la sonrisa nerviosa de Merlín aumentaba.
―No es precisamente de esa forma, pero digamos que perdí su gracia, sabes que me muevo donde quiera, bueno...
―Fuiste a un mundo que no debías y lo jodiste.
―En palabras simples... ―Merlín desvió la mirada y movió sus piernas con nerviosismo.
―Debió ser algo realmente grande para que personalmente Alaya decidiera ir a presentarse ante ti ―Emiya se inclinó hacia adelante y miró a la mujer que estaba nerviosa.
―Hice que un mundo nunca perdiera su era de los Dioses... ―Emiya abrió los ojos con verdadera sorpresa, Merlín sonrió con timidez―, me burlaría de tu rostro sorprendido, pero supongo que incluso un caso como este no es habitual.
―Deberían haberme desplegado al instante en que hiciste tal idiotez... no, esto sería el trabajo de cualquiera, ¿Cómo lograste salir de eso? ―Emiya miró con sorpresa a Merlín quien miró hacia abajo.
―Digamos que... di información que no era correcta, ¿creo?, intenté recrear a Arthur en un mundo fuera del dominio de la luz ―Emiya parpadeó unos instantes antes de sonreír.
― ¿Viajaste por la brecha y fuiste a un mundo fragmentado solo para eso? ―la pregunta de Emiya hizo que Merlín se riera ahora con un poco más de confianza.
―Estaba viendo el desarrollo de las cosas, y no parecía avanzar en nada, entonces decidí... intervenir un poco para tener entretenimiento.
―Entretenimiento que no sería un problema porque estaba fuera del foco de administración.
―Correcto ―Merlín sonrió ante el entendimiento rápido del hombre―. Pero no pensé que la brecha movería al mundo a un punto intermedio.
―Creando que ahora ese mundo sea parte de la matriz que es observada ―Merlín asintió ante las palabras de Archer―. ¿Cuál es tú misión en ese caso?
Emiya miró como la mujer tragó y se rió con nerviosismo.
―Terminar la era de los dioses.
Emiya se quedó quieto, miró a la mujer unos segundos como si esperara que estuviera bromeando como lo hizo todo el tiempo.
No hubo risa, solo una sonrisa nerviosa y una mirada gacha en vergüenza.
―Un momento... ―Emiya alzó una mano y la puso frente a Merlín quien lo miró―, creaste una variante en un mundo que no debería ser supervisado.
―Sí.
―Entonces ese mundo se movió por tu propia culpa al dejar una brecha mal puesta.
―De hecho.
―Al no tener un control de nada, ese mundo nació y creció, pero la era de los dioses no terminó.
―Correcto.
―Entonces Alaya lo tuvo bajo su mira por eso y se dio cuenta de que fuiste la responsable, ¿no?
―Correcto otra vez.
―Y ahora negociaste con ella el terminar con la era de los Dioses a cambio de que no te persigan como una amenaza para la humanidad, no sé si felicitar tú inteligencia o burlarme de tú idiotez.
―Creo que deberías felicitarme ―la sonrisa de la mujer hizo que Emiya sonriera de lado ante aquello. Incluso si quería enojarse del todo con aquella mujer molesta, era demasiado habladora pero no molestaba del todo.
―Entonces felicidades por molestar al único ser que puede hacerte la vida imposible ―un aplauso con sarcasmo salió de Emiya haciendo que Merlín hiciera una pequeña reverencia como si aceptara las felicitaciones.
―Gracias, no podría lograrlo sin mi hermoso ser ―Merlín sonrió e hizo un gesto de limpiarse lágrimas, lágrimas falsas.
―No tienes idea de las ganas que tengo de cortarte la cabeza en este momento ―Emiya puso su codo sobre la mesa y miró a los ojos purpura de la mujer quien solo sonreía.
―Eh... ¿así es como coqueteas con alguien?, te diré que puedes usar mi cabeza, pero no es necesario que la separes de mi cuerpo ―Emiya sonrió de lado ante la obvia proposición de la mujer, eso sumado al gesto que hizo con la mano la albina hizo que Emiya negara para sí.
―Quizá en otro momento, pero me gustaría respuestas si es que vamos a estar en esto.
― ¿Entonces aceptas? ―era evidente la emoción en la voz de Merlín.
―No es como si tuviera opción, si fui desplegado es por una razón, incluso si no colaboro contigo terminaré cumpliendo la misión, lo que me sorprende es que te presentes, tranquilamente podrías estar sentada en algún lugar oculta y dejarme el trabajo ―Emiya inclinó su cabeza y miró a la mujer quien sonrió acercando al pararse.
―Quiero entretenimiento, y te he estado viendo por mucho, mucho tiempo, sé que estar cerca de ti es divertido ―Merlín se lamió los labios antes de caminar y sentarse al lado del hombre y reclinar su cabeza contra el hombro de Emiya.
―Suenas como una acosadora, ¿lo sabias? ―Emiya miró de reojo a la mujer quien se reclinó en su cuerpo.
―Lo has dicho antes.
― ¿Arthur realmente creció bien con alguien como tú a su lado?
―Soy una hermana mayor increíble ―la voz de Merlín sonó orgullosa ante ese hecho.
―Ah... supongamos que eso es cierto, ¿por qué estás aquí?, no creo que quieras involucrarte en esto realmente, tengo la misión de terminar la era de los dioses, sabes lo que significa, ¿no?
―Como te dije en un principio, te ofrezco libertad ―la sonrisa de Merlín creció al momento de subir sus manos y abrazar al hombre por la espalda, colocando su mejilla contra la del hombre.
― ¿Por qué desearías algo como eso?, no ganas nada, además, ¿crees que Alaya estaría feliz con tus acciones?
―Es por eso que vamos a usar todo el prana posible que recolectemos de los seres que asesines.
Emiya levantó una ceja ante eso.
―Dudo que te falte mana, y yo ahora estoy desplegado por Alaya, si bien ella no necesita mi información o escuchar nada, aún es bastante sorprendente que hables con tanta libertad de algo como eso como si nada ―Emiya sintió como la albina se separó y lo miró a los ojos.
―Quiero saber qué harás una vez que tengas libertad, es entretenido el verte, y no pierdo nada, no lastimarías a esta débil dama, ¿o sí?
Emiya soltó un bufido ante aquello.
― ¿Débil dama? ―la sonrisa de Emiya se presentó al mismo momento en que la sonrisa de Merlín aumentó en medida―, tengo a un monstruo pegado encima de mío ahora mismo.
Emiya miró de reojo como las personas en el tren empezaron a caer desmayadas, el mana alrededor de Merlín subió de golpe. Los ojos amatista de la mujer parecían brillar mientras que su rostro perdía brillo a excepción de la enorme sonrisa blanca que la mujer presentaba.
Un torrente abrumador de mana y una demostración de la fuerza que ejercía de manera casual la mujer que parecía simplemente una persona inofensiva con sus pequeños gestos y su comportamiento infantil.
―En este punto no sé si estás intentando amenazarme o de verdad piensas que puedes infundir algo en mí con esa patética demostración ―Emiya miró con aburrimiento a Merlín quien solo sonrió aún más por ese comentario.
Todo fue instantáneo.
Como todo volvió a la normalidad y ahora Merlín se recostó en el regazo de Emiya para sorpresa del hombre.
― ¿No estás demasiado cómoda con esta situación? ―la pregunta del hombre hizo que Merlín sonriera ante eso.
―No, no lo creo, sé que eres entretenido por lo contradictorio que eres, sé que odias muchas cosas, pero haces al mismo tiempo esas cosas ―Merlín extendió su mano y tocó el rostro el hombro quien miraba a la mujer en su regazo de forma interesada.
―Me conoces bastante.
―No actúes como si no supieras nada de mí, sé que sabes también bastante de lo relacionado a mí persona ―la mujer sonrió al ver como un leve signo de sonrisa se asomó en el rostro del hombre.
Era el primer deje de emoción real que estaba mostrado el hombre, más esa sonrisa solo era una burlesca, no una afable o algo que pudiera llamar tranquilizadora.
Eso sumado a que la mirada que le daba era igual de muerta no generó el ambiente que ella deseaba.
―Solo sé cosas, pero tú pareces conocer más de lo deberías, señorita de Avalon.
Merlín sonrió ante esas palabras y miró a Emiya quien solo se quedó quieto viendo a la mujer que estaba jugando.
―He visto cosas que no creerías, bueno... ―miró a Emiya a los ojos unos segundos mientras que jugaba con el pelo del hombre, moviendo sus dedos alrededor del cabello caído de este―, bueno, pensándolo bien es posible que sí lo hayas visto.
―He estado limpiando la basura de muchos por un buen tiempo, he visto todo lo que uno puede creer que se ha de presenciar, ¿piensas qué un mundo creado por un desvío no es algo que he presenciado?
―Eh... eso es bastante interesante ―Merlín no dejó el cabello del hombre, la mujer se reclinó más en el regazo de Emiya, como el asiento era para dos, ella dejó que sus pies colgaran por el final del asiento y los empezó a mecer arriba y abajo―. Pensé que no prestarías atención a lo que pasa a tu alrededor.
―Tengo mucho tiempo libre, sé muchas cosas de muchos seres, tú no eres la excepción ―la respuesta tranquila de Emiya hizo que Merlín sonriera mostrando el delite de la situación.
La mano del hombre fue al rostro de la mujer, quien relajó sus facciones y dejó que la mano de Emiya surcara por su mejilla y recorriera hasta llegar hasta su cabello.
El hombre se detuvo en seco antes de bajar su mano y ponerla alrededor del cuello de la mujer haciendo que la expresión serena de esta se rompiera, pero la sonrisa de la mujer nunca se fue.
―Fue un buen intento, no lo negaré, tu encanto debe ser uno bastante bueno ―la presión estaba aumentando en el cuello de la maga quien apretó los dedos sus pies y alzó sus manos en el brazo para intentar separar la mano del hombre que estaba apretando su cuello.
―Tú... eres más fuerte... de lo que dice tu parámetro ―la sonrisa de Merlín seguía allí, aquello solo intensificó el agarre del Emiya―, ya... lo--
El hombre la soltó de golpe haciendo que esta se siente en el regazo de Emiya y empezara a toser cuando recobró el aliento.
―Maldición ―la tos no paró hasta después de unos segundos más―. ¿Es así como tratas a todas las mujeres hermosas que quieren llamar tú atención?
Emiya se estaba empezando a molestar que la sonrisa de la mujer no se borró en ningún momento, incluso con la saliva cayendo de un lado de los labios y los ojos rojos con lágrimas, Merlín estaba sonriéndole como si todo esto fuese solo un pequeño juego.
―Pude haberte roto el cuello.
―No lo harías ―Merlín se recostó en el pecho del hombre mientras que recobraba el aliento.
Todas las personas se habían desmayado ya hace un tiempo, por lo que solo ellos dos eran los que estaban conscientes en esa parte del tren.
― ¿Qué te daba la seguridad?
―Sabes que miento, pero al mismo tiempo sabes que no miento ―la sonrisa de Merlín no se fue, se giró y miró de reojo a Emiya quien estaba ahora con una mano sobre el abdomen de la mujer quien sonreía.
―Podría matarte aquí ahora mismo.
―Puedes intentarlo, no lo lograras.
― ¿Lo quieres comprobar? ―la voz del hombre sonó con interés.
Interés real por la situación.
―Si lo haces no podrás liberarte.
―Es una idea estúpida la de usar el poder mágico de este mundo para liberarme, no tiene sentido.
―Para ti quizá ―Merlín sonrió para darse la vuelta y quedar a horcajadas sobre el regazo de Emiya. Ambos estaban frente a frente y la mujer abrazó al hombre por la espalda y Emiya alzó una ceja ante aquel gesto―, sabes, me gustan los chicos guapos.
―Una pena que vayas a morir por uno, ¿o quizá lo disfrutes?, la sonrisa que tenías mientras que te ahorcaba parecía más de placer que de dolor.
―Oh... entonces eres de esos en la cama ―Merlín movió sus muslos y bajó su mano, pero fue detenida por la mano de Emiya quien la tomó de la muñeca.
― ¿Cómo usarías la energía de los seres de este mundo para liberarme?
―Creando una copia que pueda morir ―Merlín miró desafiante al hombre quien abrió los ojos con sorpresa.
― ¿Una copia?
―Sería algo así como dejar un golem en tú lugar, todo lo que está dentro tuyo, pero sin la mente, ¿no sería divertido? ―Merlín sonrió mostrando los dientes cuando hizo esa pregunta y ante la confusión de Emiya―, ¿no sería divertido ver quien es más humano?, una creación artificial o tú.
No hubo reacción en el rostro de Emiya, había sido un rostro plano hasta hace unos segundos, pero ante el comentario de la mujer, no lo pudo evitar.
Sonrió ante aquel comentario.
―De todos modos, no funcionaría ―Emiya escuchó el suspiro de la mujer en su pecho y como esta se relajó.
―Es solo temporal, obviamente no planeo usar toda la energía para tu causa, tengo mis propios intereses, pero algo que pueda engañar a esa loca tuya el tiempo suficiente para romper el contrato de tú alma.
Emiya inclinó la cabeza en desconcierto.
―No es posible.
― ¿Quién crees que soy? ―la sonrisa de Merlín no se borró en ningún solo instante en que conversó con el hombre.
Ambos se quedaron quietos, Emiya soltó la mano de la mujer quien lo abrazó en respuesta, como si estuviera feliz de la decisión que había tomado y ahora estuviera festejando.
―Entonces quieres crear una era del hombre y destruir la era de los dioses de este mundo, ¿no? ―Emiya miró a la mujer quien asintió con emoción.
― ¡Eso es lo que estaba esperando! ―la alegría era más que visible―. ¡No te arrepentirás de esta colaboración!
―Ya me arrepiento solo con hablar contigo.
...