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Chapter 3 - 0| Mi Visión

Es increíble, la forma en la que los sentimientos te consumen.

Son fuertes, adictivos y posesivos. O al menos, así son en mi caso. Prueba de ello es mi vista nublada, la quijada tan apretada que los dientes solo se pueden quejar de la presión, emitiendo un chirrido deplorable y los temblores.

Las ganas de llorar evidentes a cualquiera, pero no me lo permitiré.

El enojo es superior a cualquier otra cosa que pueda estar sintiendo en este momento. Toma posesión de mí y arrasa con toda la tranquilidad y calma de mi ser. De repente dejo de ser Ashley, para convertirme en un alma vengativa, de esas que solo piensan en como terminar la existencia de otro ser humano.

Si, eso es justamente lo que deseo.

A pesar del lenguaje en extremo claro de mi cuerpo, Él no se inmuta. Me mira con lastima, como si yo fuera el único ser en la tierra incapaz de comprender sus decisiones.

Ambos sabemos que no es así.

Una sonrisa triste se apodera de sus labios y a pesar de tener bastante claro el hecho de que ese no es su cuerpo, sino el de un extraño, las ganas de arremeter contra Él son enormes. Casi incontenibles. Mis manos se cierran en puños, mis uñas hundiéndose en mi carne, pero no siento el dolor lo suficiente como para distraerme del que destruye mi corazón.

Me siento en carne viva.

Apenas puedo respirar.

Los sentimientos son demoledores.

Arrolladores, aún más que el dolor en mi pecho.

Aún más que la lealtad hacia Él.

"Aunque eso es lo que crees y sientes, aun te amo." Sus palabras son suaves, lentas y llenas de ternura.

No hacen nada para llenar el agujero en mi corazón.

"Nos abandonaste." Las lágrimas caen junto con mi reproche y no sé si lo que siento es odio o decepción.

"No. Les permití ser libres." Ojos castaños se llenan de lágrimas mientras el viento sopla con fuerza.

Las hojas crujen y mi respiración temblorosa se pierde junto con mis esperanzas.

Porque esperaba que pudiera hacer algo, que Él pudiera hacer algo.

Presiono mis labios con fuerza, incapaz de volver a ver el precio de lo que decidí. Fue mi elección. Mi responsabilidad, pero falle miserablemente.

Ahora estoy aquí, sentada en una cafetería en medio de Londres. Intentando hacer algo con la nueva culpa que me consume el alma.

"Fue tu decisión Ashley. Ahora debes afrontar las consecuencias." Mis ojos buscan el rostro hispano por el que puedo ver sus emociones. Nunca había estado tan cerca de Él y, aun así, en este momento no puedo pensar en otra cosa que lo que me toco hacer por Él.

Pero aun así lo amo.

Lo respeto.

Y lo odio.

Me decepciono.

Y ahora yo perderé a la persona que amo.

Pero se, que no es su culpa.

Es mía.

Mi egoísmo ocasiono esto.

"Ya no llores. Hija. Hermana. Amiga. Mía. Esto no es solo tu culpa, es el resultado de todas las decisiones tomadas. Incluida la mía. Así que por favor no llores. No te rindas. No te pierdas. Estoy seguro, que encontraras el camino de nuevo."

"¿Y si no lo logro?" Mi voz sale rasposa y quebrada, un sollozo lleno de dolor.

"Lo harás. Porque tú eres mi estrella, la estrella del horizonte que te guía a casa." Extiende su mano hasta mi rostro y pasa sus dedos debajo de mis ojos, borrando el rastro de las lágrimas por un momento. Es inútil. Otras empiezan a caer nuevamente.

Sostengo su mano contra mi rostro. El deseo de aferrarme, más fuerte que nunca. Desliza su otra mano por mi cabello, suaves caricias para consolar lo inconsolable, pero no para Él.

La paz es corta. Muy corta y sé que ya es hora, que se va, incluso antes de que hable.

"Te amo." Repite, su frente contra la mía. Ojos cerrados e innumerables lágrimas. "Los amo. Cuida de ellos por mí. Cuida de él por mí."

Mis ojos lo buscan, pero ya es tarde.

Se ha ido.

Y solo puedo pensar en la última persona que menciono.

Phil.