Las vibraciones del suelo habían comenzado de nuevo y ahora que estaban en el suelo, en lugar de estar en uno de los grandes pilares, Quinn podía sentir su efecto mucho más. Era una extraña sensación, igual que la última vez, le resultaba difícil mantenerse estable. No solo el suelo se movía, sino que también lo hacía el aire.
—Hay algo que puedo intentar, aunque no creo que sea una habilidad, pero debería poder bloquear lo que está sucediendo a mí alrededor —pensó Quinn. Usó el cuerpo de sombra, y desde la cabeza a los pies, Quinn estaba cubierto por la sombra. Como había supuesto, ya no podía sentir las vibraciones y era mucho más fácil moverse.