Una enorme ira ardía dentro de Minny, una ira casi imposible de contener. Sabía que podría acabar con el vampiro frente a ella de un solo golpe. No había necesidad de que se transformara... pero las palabras de su madre pasaban por su mente.
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—Minny, sé que Quinn dijo que solo debes usar el diez por ciento de tu fuerza... pero creo que es porque él está comparando su fuerza con la tuya. —Layla dijo mientras ayudaba a Minny a prepararse para la escuela, asegurándose de que su información se ajustara correctamente.
—En tu escuela, dudo que haya un vampiro más fuerte que tú, incluso con el diez por ciento de tu fuerza. Así que en su lugar, tengo una petición especial... intenta evitar meterte en peleas, y cuando estés realmente enojada, simplemente piensa en lo feliz que serás cuando finalmente regreses a casa.
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Ese recuerdo y no querer decepcionar a su madre hizo que Minny tomara una respiración profunda, y el resplandor rojo de sus ojos desapareció.