La erupción de energía explotó y con ella la barrera de hielo se dispersó en mil pedazos, cayendo al suelo. Por un segundo, Erin estaba desconcertada, sostenía su espada de nivel demonio junto a su rostro y giró el mango de nuevo, cambiándola de su forma de hielo a su forma de fuego.
La hoja brillaba ligeramente roja, y una vez más la golpeó contra el suelo, activando el tercer anillo. Con ello, un gran muro de fuego se alzó justo frente a todos ellos.
—Parece que esa armadura de sangre que usa el Agente 4 es capaz de bloquear los ataques mejor que mis muros. Si se pone peor, simplemente tendremos que ganar tiempo para que él bloquee los ataques mientras yo encuentro algo.—
Algo que no le había pasado a Erin en mucho tiempo, había ocurrido hoy, y eso era vacilación. Estaba luchando con qué hacer, tratando de encontrar una respuesta para ganar esta pelea.
