En la mesa, estaban demasiado atónitos para hablar. Pasaban muchos pensamientos por su mente sobre lo que Chris había dicho. Quería trabajar con ellos y con Quinn para derribar a Zero. Para ellos, podían escuchar el sonido de sus propias voces en sus cabezas gritando que era una trampa, y con razón.
—¿Cómo podríamos confiar en ti? —Jessica fue la primera en hablar— Quiero decir, estos chicos tal vez te hayan conocido antes, y tú tal vez hayas conocido a Quinn antes, pero aún así diría que ¡no podrían confiar en ti!
—Ella plantea un buen punto —añadió Muka, pero no se sorprendió tanto cuando lo escuchó. Cuando vio que a los demás se les había pedido que abandonaran la habitación, en su cabeza, esta era una de las posibilidades que podrían ocurrir.