Arthur podía ver que la sangre se movía de los otros castillos y se dirigía hacia Bryce a lo lejos. Era toda la sangre derramada de los vampiros, los enmascarados y los Dalki en la zona. Controlar más sangre era problemático, e incluso ahora, Bryce tenía bastante sangre con la que jugar.
Esto era evidente por la destrucción que había causado con solo la cantidad de sangre que tenía ahora. Por eso Arthur decidió no contenerse. Usando rápidamente la habilidad de equipamiento de sombras, se mostró su armadura de sangre, y Arthur sujetó su gran espada en la mano.
Al mismo tiempo, una gran sombra empezó a formarse en su espalda, otorgándole dos gigantescas alas hechas de sombras. Por parte de Bryce, había formado diez grandes espadas de sangre que flotaban en el aire, y era hora de que comenzara el enfrentamiento.
La mayor de las cuchillas de sangre fue enviada primero. Esta era la hoja que continuaba con la verdadera espada de Bryce en su interior también.
