La fiesta fue un gran éxito, y permitió a todos los que formaban parte de la facción Maldita, tener un merecido descanso. No había muchas veces que pudieran celebrar cosas que sucedían en este duro mundo, así que aprovechaban la oportunidad y se aseguraban de que valiera la pena. Parecía que Quinn y su grupo no habían sido los únicos ocupados. Los miembros de la facción también lo habían estado, saliendo constantemente en misiones, manteniendo el comercio y más.
Lo que pareció ser lo más disfrutado en la fiesta, fue el alcohol, ya que aquellos que habían sido convertidos en vampiros descubrieron que sus papilas gustativas eran prácticamente las mismas que antes. Por fin, era algo que podían disfrutar de su vida humana.