—¡Esto es asombroso! —Dijo Quinn emocionado mientras miraba la pantalla.
Aunque todavía estaba abajo, parecía que aún podía ayudar a aquellos de arriba usando las torres para defenderse. Después de disparar un tiro desde la torre, pudo ver un tiempo de enfriamiento, y podía hacer todo con su mente. No había necesidad de usar las manos.
Además, Quinn podía seleccionar a qué objetivos disparar dentro del alcance de la torre. De esta manera, si su propia gente estaba combatiendo contra el enemigo, podría apuntar a la retaguardia en su lugar.
De repente, ya no se sintió tan inútil.
Sin embargo, Vincent estaba preocupado por una cosa: el sistema hizo que todo pareciera un juego, y quería que Quinn recordara al final del día, que esos objetivos rojos y verdes eran seres vivos reales. La única razón por la que no dijo nada ahora, era porque verlo de esta manera podría permitirle salvar a tantas personas como fuera posible.
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