Era de noche, pero casi siempre lo era en este planeta. Solo que esta vez, Quinn podía notar que estaba en una habitación completamente oscura debido a que su vista había cambiado. Por lo general, al menos habría algunas luces alimentadas por cristales aquí y allá, pero no en este lugar. Donde sea que estuviera.
—Así que este es el resultado al final.— Quinn pensó para sí mismo mientras intentaba mover sus manos, pero no podía mover ni un centímetro y lo mismo le ocurría con las piernas.
Incluso sin una fuente de luz, Quinn podía ver debido a su visión de vampiro. Y podía ver que estaba en algún tipo de celda. Sus manos y piernas esposadas. Frente a él, una de las puertas con cerraduras circulares especiales. No es que Quinn pudiera alcanzar la cerradura de todos modos si quisiera. No solo sus brazos, sino también sus piernas estaban atados y también estaban contra la pared.
No había cadena, sus extremidades estaban extendidas y no podía moverse.
