—¿Cuánto tiempo llevo aquí? Se preguntó.
Su cabeza había estado zumbando de dolor al despertar. Había sido sordo pero constante, sin mostrar signos de parar pronto. Sin importar cuánto intentara pensar en cómo había llegado a su situación actual, no podía recordar ni una sola cosa de antes de despertar.
Luchando contra el dolor persistente, finalmente logró abrir los ojos. Al principio no había visto absolutamente nada. Sus ojos necesitaban tiempo para adaptarse a su entorno. Su visión estaba ligeramente alterada, lo que solo podía significar una cosa. Ahora él estaba en un cuarto completamente negro.
Tomó bastante tiempo antes de que comenzara a distinguir las siluetas de las cosas a su alrededor. Aun así, estaba muy lejos de poder ver durante el día.
—¿Dónde estoy exactamente? ¿Cómo llegué aquí?
