Andy y el resto de su grupo habían llegado al refugio lo más rápido que pudieron. Estaban resoplando y jadeando, y sentían que pronto se desmayarían por la falta de oxígeno en sus cuerpos. Aún así, Andy había seguido adelante más que los demás, usando hasta la última gota de fuerza que tenía en su cuerpo como si su vida dependiera de ello.
Por supuesto, todo el grupo tenía noticias urgentes para llevar a los que estaban a cargo. Debido a su alto estatus como grupo de viajeros, los del refugio estaban ansiosos por escuchar a este grupo. Y lo que tenían que decir.
Andy y los demás habían regresado varias veces con nuevas bestias capturadas e información de nuevas áreas; se habían vuelto bastante conocidos. No había muchos grupos de viajeros solitarios que no pertenecieran a una facción y que tuvieran un rango tan alto como ellos.