Quinn quería desahogarse, y finalmente tenía la oportunidad de hacerlo sin consecuencias que lo detuvieran. Siempre quiso hablar con las personas en la cima y preguntarles qué estaban pensando, por qué no intentaron ayudar a personas como él, y ahora podía hacerlo.
—No, no siempre fui un vampiro, para responder a tu pregunta, —respondió Quinn con el puño apretado.
—Quinn, cálmate, —dijo Leo al ver esto—. Sé que tienes mucho que decir, así que solo díselo. Desahógate.
Tomando un respiro profundo, Quinn se calmó un poco y comenzó de nuevo.
—Mis padres murieron en la guerra contra los Dalki, —dijo Quinn—. Me quedé solo sin dinero. Ni siquiera podía permitirme un libro de habilidades, lo que me clasificaba como nivel uno. ¿Saben cómo es la vida para esos niveles bajos? Nos tratan como basura todos los días. Se burlan y nos golpean.
—Incluso aquellos que están solo un poco por encima de nosotros, desahogan su enojo y frustraciones con quienes están por debajo de ellos.
