Aunque Edward le había dicho a Quinn que se tomara la pelea en serio y usara todo lo que tenía, nunca le preocupó que resultara gravemente herido en esta pelea. Había dos razones principales para esto: la primera era su habilidad única.
Siempre y cuando no se conociera la forma específica en que funcionaba, para la mayoría de los vampiros e incluso bestias, pensarían que era invencible, ya que podía convertir su cuerpo en niebla. La segunda, era el hecho de que simplemente no podía sentir el miedo cuando miraba a Quinn.
Quizás era porque podía notar que su evolución era la de un noble vampiro, y también sabía que recientemente se había convertido en uno.
Extendiendo su mano, Edward fue el primero en atacar. —Rocío de sangre.— Era un movimiento que Quinn conocía bien, y de repente un rocío de sangre como el de una escopeta salió disparado de la mano de Edward.
—Vamos a ver tus habilidades defensivas entonces.— Dijo Edward.
