Casi al mismo tiempo que Quinn había recibido la notificación del sistema, se pudo escuchar un fuerte gemido detrás de él.
—¿Peter qué pasa, estás bien? —Dijo Vorden, con expresión preocupada. Estaba sacudiendo a Peter que había caído y estaba tirado en el suelo. Peter sujetaba su vientre con ambas manos, sentía como si un fuego se extendiera desde ese punto por todo su cuerpo.
—¡Chicos! ¡Démosle algo de espacio! —Dijo Quinn—, ¡Está evolucionando! No sé en qué se convertirá, ni qué le pasará después.
Quinn sabía por su propia experiencia lo doloroso que era el proceso de evolución, pero más que eso, estaba preocupado por lo que Peter podría convertirse.
