El ataque fue repentino y Fex no pudo ver exactamente qué lo golpeó, pero al mirar al hombre con el traje extraño, se preguntó qué diablos era esa persona. No se parecía a ningún atuendo que los humanos usaran normalmente, y por alguna razón, todo su cuerpo estaba cubierto.
—¿Esa cosa es siquiera cómoda? Imagino que debe ser bastante ajustada allá abajo. —Dijo Fex sarcásticamente mientras miraba la zona inguinal de la extraña persona.
Mientras se acercaba a la misteriosa figura, Fex se aseguró de no hacer movimientos bruscos. Las heridas en sus antebrazos ya comenzaban a sanar, por lo que ya no le molestaban tanto.
—Oye, sé que podrías estar intentando salvar a este... —Fex miró a Peter, quien estaba tirado en el suelo entre ellos. —...Humano, supongo. Pero creo que no entiendes, lo he atado por tu seguridad y la de todos los demás. Te sugiero que vuelvas a casa para poder olvidar que esto ocurrió alguna vez.