Mientras pensaba en si debía o no Sangrar a Layla, Quinn decidió dejárselo a ella y preguntarle más tarde. En un momento en que el sol no estaba afuera. Si ella se convirtiera en vampiro o algo similar, tendría la misma debilidad que Quinn en ese momento, y eso no sería bueno para la situación en la que se encontraban.
No todas las bestias eran hostiles, pero los gusanos dentados definitivamente lo eran. Las más mínimas vibraciones harían que reaccionaran, pensando que había comida cerca, abalanzándose sobre su presa y atacándola. Aunque había bastantes en número, no tenían la previsión de atacar juntos.
A diferencia de las Garrattejas que eran más difíciles de manejar. El nivel de la bestia no significaba en general cuán fuerte era, sino cuán fuerte era el cristal que se producía dentro de su cuerpo. Había niveles básicos más fuertes que otros, y esto era lo mismo a medida que subías de nivel.
