Después del incidente con el bolígrafo, hubo menos altercados y a Quinn se le permitió explicar todo lo que necesitaban. Odiaba admitirlo, pero a veces la fuerza, o una demostración de poder, era uno de los mejores disuasivos. Al menos lo era para cómo estaban las cosas ahora.
Quinn explicó el proceso de cómo sería la vida escolar para ellos y las diferentes clases a las que podían asistir. Explicando los beneficios de cada uno y respondiendo a las preguntas de los estudiantes. Pronto después, los estudiantes debían seleccionar las clases a las que les gustaría asistir y, si se aceptaba su solicitud, el horario que estaba vinculado a su reloj se actualizaría automáticamente.
Después de que todos hubieran seleccionado sus clases basándose en la información que Quinn les había dado, sonó la alerta para la clase de la mañana, y ahora los estudiantes eran libres de dirigirse a su siguiente lección.
