Sin Quinn, los Cuervos no estarían donde están hoy. Eso era seguro. Blip pensó en esto muchas veces desde que vio el cuerpo de Quinn, un desastre sangriento con todos los Sunshields muertos a su alrededor.
Podrían haber luchado tanto como quisieran, pero eso no habría detenido la inminente fatalidad que todos sus miembros estaban a punto de enfrentar. Blip sentía que le debía una gran deuda a Quinn, y la única forma en que podía devolverle el favor era sirviéndole y siguiéndolo. Originalmente, esta fue una decisión que había elegido por sí mismo.
Pero pronto, los otros miembros de los Cuervos se enteraron de esto. Querían quedarse con Blip a donde quiera que fuera. Sentían que dondequiera que él fuera, había un futuro brillante por delante, y cuando les informó de sus planes, decidieron seguir su liderazgo.
Con Quinn desmayado, acudieron a quien creían que era la siguiente persona de mayor rango en la familia Maldita, que era Peter.