Después del último ataque al asentamiento vampiro y al no obtener más información sobre Quinn, Muka, Xander y Layla habían decidido establecer algunas medidas de defensa. Aunque el ataque anterior había sucedido de alguna manera desde dentro, no había daño en aumentar sus defensas.
Los guardias nómadas que patrullaban el asentamiento aumentaron su número y a cada uno se le entregó un cristal de comunicación. Amplificaría sus voces, y el mensaje se retransmitiría a ciertas torres que se habían construido en el asentamiento.
Estas torres cumplían con dos propósitos. Uno era como repetidor; si se recibía un mensaje del cristal transmisor, lo reproduciría en voz alta para que todos escucharan y lo difundiría hasta que alcanzara otra torre.
Al mismo tiempo, vampiros eran estacionados en las torres, vigilando el asentamiento y sus alrededores.
