La aldea de los Skullys era un caos, con pánico extendido por todo el lugar. Varios de los edificios habían sido destruidos, el salón principal, las tiendas locales, los terrenos de caza y más, y los Skullys estaban en pánico.
La cosa era que la vista de los demonios Durum entrando a su aldea no era algo extraño. Esto había estado sucediendo durante un tiempo extremadamente largo. Los demonios Durum llegarían y pedirían que un número de Skullys se ofrecieran voluntariamente para entrar en las jaulas.
A veces habría muchos que decidían ofrecerse como voluntarios y cuando lo hacían, nunca los volvían a ver regresar. Esta vez, era igual que cualquier otra, sólo que de vez en cuando ocurría algo.
Los Durum estaban parados junto a sus diez jaulas de contención especialmente hechas. Había grupos de alrededor de cinco demonios Durum por jaula, lo que hacía un total de unos cincuenta.
