—Espera un segundo. —Solus levantó las manos para poner fin a la corriente de agradecimientos y detener a los soldados antes de que la rodearan—. ¿Qué quieres decir con que salvé tu vida y tu ciudad natal? ¿Por qué Thrud haría algo así a sus seguidores?
Al escuchar esas palabras, todos miraron a Solus como si estuviera loca hasta que se dieron cuenta de la fuente del malentendido.
—No somos parte del ex-ejército de la Reina Loca, Lady Verhen. No se pone al zorro a cuidar el gallinero. Todos los miembros de la guardia de la ciudad y la milicia local están detenidos para ser interrogados. —Dijo el joven soldado.
—Hasta que los ejecutores de los antiguos territorios de Thrud sean absueltos de la sospecha de cometer crímenes de guerra y/o malversación, serán reemplazados por miembros del ejército regular. —Luego, notando que Solus todavía estaba confundida, agregó: —El ejército de la Corona.
