—Nunca más.
—Te lo ruego.
—Finalmente liberados.
Un coro de voces rezaba para que los vivos aprendieran de los errores del pasado mientras se desvanecían, libres para seguir adelante.
—¡No, no, no! —Thrud gritó con desesperación cuando la destrucción del Grifo Dorado fue acompañada por la desaparición del flujo de Energía del Mundo que la empoderaba a ella y a su ejército.
Sin la cámara de resurrección, ya no era inmortal y cada soldado caído permanecería muerto.
—¡Llora todo lo que quieras, perra! —Sylpha decapitó a la Reina Loca, su proeza ahora estaba a leguas por encima de la de su enemiga.
—Por favor, déjame al menos comprobar que mi hijo está bien. —Los poderes regenerativos del núcleo blanco permitieron a Thrud reasentar su cabeza en el cuello y rogar por Valerón el Segundo.