Lith y Solus intercambiaron una mirada desconcertada, ambos encontrándolo extraño que tanta gente en Lutia hubiera empezado a adorar a los Dragones para generar ingresos suficientes como para afectar el estilo de vida de alguien tan tacaño como el herrero.
—Esto es extraño. —Ella pensó. —'Zekell siempre reinvierte las ganancias de su negocio en sus propias tiendas o para aumentar la calidad de su casa. Él y Sirma nunca se preocuparon por ropa cara excepto cuando se las regalamos a Rena y los bebés.'
—Sí, pero al menos no es algo de lo que preocuparse. Lo veremos por nosotros mismos mañana. —Lith respondió.
—¿Cómo está Lutia ahora? —Solo mencionarlo hizo que la voz de Raaz temblara mientras las imágenes de la transmisión de Orpal parpadeaban frente a sus ojos. —Apuesto a que después de lo que pasó cuando escapamos, muchas personas se mudaron a lugares más seguros.
