Ese día, Lith y Solus estaban solos porque Selia y sus padres estaban eligiendo los muebles para la nueva casa de la cazadora, Protector estaba en una misión para Faluel, y Kamila estaba ayudando a Jirni con un asunto de suma importancia que la mantendría alejada de casa por un tiempo.
Se suponía que Lith debía estar feliz ya que podía pasar el día como mejor le parecía, pero en realidad estaba increíblemente aburrido. La razón de su mal humor no era su familia, todo lo contrario.
Era la falta de compañía y distracciones lo que le obligaba a admitir que su conocimiento mágico había alcanzado un límite que no podía superar solo.
Lith ya había revisado los alrededores de la torre con los Centinelas y sabía que no había nadie cerca. En lugar de teletransportarse a su destino como de costumbre, podía permitirse el lujo de dar un paseo de vuelta a casa para calmarse.