Kallion Nuragor había sido novio de Phloria durante un tiempo y, después de que Lith lo humillara públicamente, el joven había entrenado su cuerpo y su magia sin tomar un solo día de descanso.
—Mago Nuragor, qué grata sorpresa. Tengo curiosidad por comprender el papel que desempeñaste en la farsa de Velan. —Jirni lo recibió con un simple asentimiento de su cabeza, sin molestarse en levantarse.
—Es Gran Mago Nuragor para ti, Señora Ernas. —Kallion apretó su puño tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.
Solo contuvo su ira porque sabía que, a esa distancia, a pesar de la diferencia en su estructura, altura y edad, Jirni podría darle una paliza con una sola mano. Atacar a Jirni solo le daría una excusa plausible para matarlo.
Un año de entrenamiento no era nada comparado con toda una vida en el campo de batalla.