—Experiencia. —Dijo Faluel con un suspiro, envolviendo a los bebés en paños calientes antes de entregárselos a Rena.— Pareces ser una joven interesante, querida hermana de Lith. Espero que nos volvamos a encontrar en circunstancias más agradables. ¡Adiós!
Faluel desapareció tan rápido que Tista solo pudo ahogarse en todas sus preguntas mientras Rena se encontró agradeciendo al aire vacío. Se sentía animada y enérgica como si en lugar de haber dado a luz a trillizos acabara de regresar de un día en un spa.
—Lith, ¿cómo crees que debería llamarlos? —Preguntó Rena.
—¿Por qué me lo preguntas a mí en lugar de a Senton?
—Bueno, porque tengo que agradecer a cuatro sanadores por este milagro pero solo tengo tres bebés. Esta vez alguien tiene que quedar fuera. —Respondió Rena.