Otra formación se estaba creando rápidamente, utilizando a los cuatro como pilares. La formación mágica parecía absorber el elemento de luz de la energía del mundo, creando un crepúsculo en la zona a pesar de que el sol todavía estaba alto en el cielo.
No queriendo descubrir sus efectos, Lith se desplazó cerca de uno de los esclavos, el eslabón débil en la cadena mágica. Desafortunadamente, los cuatro estaban mirando en diferentes direcciones, sin dejar ningún punto ciego.
En el momento en que Lith apareció, todos se volvieron hacia él, cada uno liberando desde la formación entre ellos no fuego, sino calor puro condensado en un haz ardiente blanco. Vaporizaba tierra y piedras al contacto, dejando solo un agujero en forma de diamante del tamaño de un hombre a su paso.
