Quylla estaba a punto de reprochar a Lith que Kamila sabía mucho sobre su verdadero yo, pero esta vez su mente fue tan rápida como su boca y logró detenerse a tiempo.
Lo que iba a decir habría sido hipócrita, ya que Quylla conocía a Lith incluso mejor que Kamila y, sin embargo, no tenía idea de cómo esas revelaciones habían cambiado su relación.
—¿Puedo hablar de esto con Phloria? —preguntó.
—Sí, pero con nadie más. Hay demasiadas vidas en juego.
—Tienes mi palabra de que guardaré tu secreto, no importa lo que decida. Antes de darte mi respuesta, necesito algo de tiempo para pensar.
Lith salió de la habitación, dejando a Quylla sola con sus pensamientos. Por primera vez en su vida, la magia no tenía respuestas para ofrecerle, solo más preguntas.
'Eso salió bien.' Solus pensó, intentando animar a Lith.