Después del final de su turno, Vastor y Thorman volvieron a sus habitaciones. Vastor esperó hasta estar solos para expresar su hilaridad.
—Thorman, viejo amigo, nunca me habría imaginado que eras capaz. Ayudando a tu estudiante así. Técnicamente, eso va en contra de las reglas. —La falsa indignación de Vastor no habría engañado a un hombre sordo.
—No hice tal cosa. Simplemente usé los hechizos que consideré mejores para la situación en cuestión. Si ella terminó copiándome, ¿cómo es mi culpa? ¿Vas a denunciarme? —Era una pregunta retórica, Thorman y Vastor eran viejos amigos.
—¿Estás bromeando? Tu estudiante terminó salvando al mío. Lo menos que puedo hacer es regalarte esa botella de Llama Azul de 50 años que siempre miras cada vez que entras en mi oficina. Me alegra que hayas aflojado el palo en tu c*lo.
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