Yondra había dejado de jadear, pero todavía estaba lejos de tener la fuerza suficiente para luchar. Lith le dio una botella alquímica que Solus había preparado para él, que contenía todos los nutrientes necesarios para una recuperación rápida después de ser herida.
—Gracias por la oferta, pero ya tomé un tónico. Uno más no haría nada más que agotar mi energía. —Yondra rechazó cortésmente.
—Esto no es un tónico. Complementará los efectos de la poción que ya tomaste. Además, voy a darte un poco de fuerza vital. No puedo permitirme perderte. —Lith insistió.
Yondra tragó la poción. Tenía un sabor realmente extraño, como si alguien hubiera mezclado zumo de uva, filete y verduras. El problema con los tónicos era que, aunque potenciaban el metabolismo, aún requerían comida para funcionar.
Yondra había comido pero aún no había digerido la comida, mientras que la mezcla de Solus podía ser asimilada instantáneamente.