—En serio, no puedo creer que hayamos llegado a este punto—. pensó Yondra. —Incluso si pudiera hacer una diferencia, nunca confiaría en Ellkas o Eari con Rainer. Ambos me parecen personas que siempre cuidan de sí mismas.—
—Por lo tanto, no puedo quedarme aquí y esperar que lo ayuden por la bondad de sus corazones y por eso solo puedo confiar en ellos hasta que se abra la Puerta dimensional. Después de eso, estaré sola.—
—No puedo ser como estos idiotas, debo pensar en el panorama general. ¿Qué pasaría si nos interrumpen y tenemos que huir? ¿Qué pasaría si algo me sucede a mí? Todos los demás estarían condenados.— Tomó una respiración profunda, tratando de tomar una decisión.
Estaba demasiado cansada para pensar con claridad, pero tenía que hacerlo. Después de unos segundos, decidió jugársela una última vez, no dejar piedra sin remover.