—En realidad, sí. Me encantaría. Si estas cosas son tan irrelevantes, ¿por qué eres tan reservado al respecto? Hemos estado juntos durante bastante tiempo. No puedes mantenerme fuera de tu vida de esa manera.
Lith reconoció ese momento y lo odió con todo su corazón. Era el momento en que las cosas en una relación pasaban de ser simplemente divertidas a ser serias. En la Tierra, era su señal para dejarlo o esperar a ser dejado.
Lith le llamó "el punto de las quejas" y lo ponía en una encrucijada. Podía encerrarse en sí mismo, haciendo que la relación se volviera amarga, o abrirse con el riesgo de que una pregunta llevara a otra hasta que Kamila preguntara sobre algo que él no podía compartir.
Lith sabía que ella se preocupaba y estaba tratando de hacer que las cosas entre ellos funcionaran, pero tenía miedo de las consecuencias que podría tener el punto de las quejas.