—No me importa lo que hagamos. Mientras estemos juntos para mí es una cita. —Kamila movió su mano derecha del hombro de Lith a su mejilla, acariciándola suavemente. Ese simple gesto lo llenó de alegría.
—Gracias, pero no hace falta eso. Solo estaba pensando en lo afortunado que soy de tenerte en mi vida. —Su sonrisa y sus palabras hicieron latir el corazón de Kamila. Lith no era de hablar dulcemente, solo decía esas cosas cuando las sentía de verdad.
Lith tomó un profundo aliento, utilizando Invigoración para reponer parte de su maná y liberar Visión de la Muerte de sus ataduras. En sus ojos, todo el Salón de Baile se convirtió en una grotesca pesadilla donde cadáveres podridos bailaban entre salpicaduras de sangre.
Intentó no mirar a su alrededor, concentrándose solo en la sonrisa de Kamila. Mientras ella estuviera entre sus brazos, estaba a salvo de los efectos de la Visión de la Muerte. Un faro de vida en un mar de cuerpos muertos.