—Primero, no tenía idea de lo que ibas a decir. No fue uno de tus discursos ensayados. Segundo, incluso si lo supiera, nunca te habría detenido. He estado intentando durante años que dejes de reprimir tus sentimientos. —Respondió Solus.
—Estoy feliz de que finalmente admitas que este mundo cruel vale la pena vivir, pero tus palabras me hieren profundamente. Sé que nunca te tomé de la mano ni te abracé cuando tu-no, nuestra existencia parecía desesperanzadora, pero siempre estaba ahí para ti.
—Te he dicho muchas veces las mismas cosas que Phloria, Tista y ahora Kamila han dicho, pero nunca escuchaste. Soy parte de ti, pero no soy tú. Después de todo este tiempo, y después de todo lo que hemos pasado juntos, debería merecer tu confianza.
—Confío en ti, Solus. Siempre lo he hecho. —Lith trató de defenderse.