Solus rompió a llorar y abrazó a Tista.
Sólo después de unos minutos, logró encontrar la fuerza para contarle a Tista todo lo que había sucedido desde el cumpleaños de Lith. El descubrimiento de haber adquirido finalmente un cuerpo hecho de luz, cómo su felicidad se convirtió en decepción al probar sus nuevas limitaciones.
Cuando Solus era solo un anillo, el contacto humano era simplemente imposible. Hacía que su vida fuera solitaria, pero al mismo tiempo, era más fácil aceptar su destino, ya que no tenía otra opción además de soportar.
Ahora ella estaba constantemente en conflicto sobre si debía o no compartir su nueva forma con Lith. Por un lado, se sentía culpable por mantenerlo en secreto, pero solo lo hizo porque temía arruinar su relación con Kamila.
Por otro lado, era su oportunidad de acercarse a él y entender si los profundos sentimientos que tenían el uno por el otro eran solo amistad o si podrían convertirse en algo más.