Linjos era un hombre en sus últimos veinte años, alrededor de 1,77 metros de alto. Su amplia túnica de mago hacía que su complexión fuera un misterio, podría haber sido una montaña de músculos o tan delgado como un palo. Tenía un rostro largo y perfectamente afeitado, un mentón partido y una nariz aguileña.
Su cabello era castaño claro, con tonos plateados. Sus ojos marrones desbordaban inteligencia y preocupación. Lith casi podía escuchar sus pensamientos de pánico.
—Juzgando por la diferencia en el trato que recibieron Lark y Distar, él debe estar consciente de lo poderosa que es ella en este momento. Realmente tengo curiosidad por ver cómo se desarrollará esto.—
Las espesas cejas del director se retorcían como gusanos peludos mientras decidía cómo enfrentar el desarrollo inesperado.