Kaelan apretó los dientes mientras maldecía por dentro la inoportuna aparición de Manohar. Había hecho inútil la información que se vio obligado a compartir debido al ritual de la Luna Maldita. Afortunadamente, tenía otro as bajo la manga.
—Sí, pero el lugar está fuertemente protegido. No puedes entrar por la puerta principal...
—Eso puedo verlo por mí mismo. —Lith lo interrumpió. La Visión de Vida le mostró un domo de energía alrededor del puesto tan fuerte que llevaría horas destruirlo desde afuera.
—Déjame adivinar otra vez. Puedo entrar usando la matriz de Distorsión escondida en el antiguo templo del dios de la sanación.
—Correcto de nuevo. —Kaelan gruñó, mostrando sus colmillos con molestia. —Espero nunca más verte.
—No tan rápido. —Inxialot detuvo al vampiro en seco. —El trato era por información, hasta ahora no has proporcionado nada. ¿Estás diciendo que has desperdiciado mi tiem… quiero decir, que estás dispuesto a romper un juramento sagrado?