La respuesta de Lith llegó en forma de carcajada maniaca. No había alegría en ella, solo burla y desprecio. Los siete ojos parpadearon y lo mismo hizo Lith. Esta vez Jarok se giró rápidamente y buscó a su oponente mientras tejía hechizos dimensionales y de Caos.
La Abominación maldijo cuando descubrió que Lith no estaba detrás ni arriba. Jarok sabía que incluso una fracción de segundo podía ser fatal. Un movimiento a su derecha hizo que la criatura girara la cabeza solo para ver la espada de Guardián volar por sí misma con un guante de piedra en su empuñadura.
La Abominación lanzó el hechizo de magia del Caos de nivel cinco Niebla Hueca, conjurando a su alrededor un espacio corrupto que destruiría la hoja al contacto.
—Mover la espada con magia espiritual es solo una distracción, debe venir desde la dirección opuesta.— pensó Jarok mientras se daba la vuelta. Su rostro sin boca se deformó en lo que de otro modo hubiera sido una sonrisa cuando su razonamiento demostró ser cierto.