—Sí, estoy libre esta noche, pero tu invitación es un poco repentina. Normalmente no salgo con personas que he conocido solo una vez. Apenas nos conocemos —Kamila dijo con un tono pensativo—. Le gustaba ese tipo de juego de roles.
—Ella no ha dicho que no y llamó a esto una "cita". Kamila no está considerando mi oferta como una simple reunión de colegas. Hasta ahora, todo bien —A pesar de tener experiencia en citas de dos vidas, Lith se sentía incómodo cada vez que invitaba a salir a una mujer—.
Su naturaleza paranoica le hacía pensar en exceso en los detalles más pequeños y ser un controlador obsesivo no ayudaba. Consideraba que dar el primer paso era como exponer una debilidad y odiaba sentirse débil.
Como quejarse no cambiaría las reglas del juego, Lith sabía que solo podía apostar o retirarse. Si jugaba, podía perder, pero si no lo hacía, sus posibilidades de victoria siempre serían cero.