La tribu del Lobo Gris solo tenía doce miembros restantes además del jefe y el chamán. Ragh'Ash tuvo que pensar cuidadosamente en su estrategia. Aunque fueran demonios menores, sus enemigos seguían siendo demonios.
De los doce orcos, cuatro eran solo niños. Sus cuerpos aún no eran capaces de soportar la bendición del cristal sagrado. La chamán decidió mantenerlos cerca de ella, así que, en caso de emergencia, podría convertirlos en bombas vivientes y deshacerse de los enemigos de la tribu.
—Mientras la tribu tenga mujeres, siempre podemos tener más hijos—. Ragh'Ash pensó—. Lo único que importa para nuestra supervivencia es el cristal sagrado y romper la maldición. Todos los demás son prescindibles.
La chamán usó el cristal una vez más. Esta vez no entró en pánico. Ragh'Ash se tomó su tiempo para evaluar la fuerza y posición del enemigo mientras utilizaba sus conocimientos del territorio para idear un plan de batalla.