—¿Cómo puede ser tu culpa? —Phloria levantó la cabeza, mirando a Lith a los ojos.—
—Nos advertiste varias veces. Querías que nos mantuviéramos alejados de la academia. —
—¿Cómo puede ser tu culpa? —Lith tomó su cara entre sus manos, acariciando sus mejillas con sus pulgares.—
—Hiciste todo lo que pudiste en una situación imposible. En tu lugar, yo hubiera hecho lo mismo. Siempre damos prioridad a aquellos que más amamos. Mi visión es un ejemplo perfecto de ello. —
—No sé ustedes dos, pero yo estoy muerta de cansancio. Derribar a Profesores locos es mucho más difícil de lo que imaginaba. —Jirni se sentó, apoyando su espalda contra la pared y arrastrando a Orión a su lado.—
Estaba feliz de que los niños estuvieran teniendo un momento, pero no podía permitir que siguieran castigándose a sí mismos. Estaban claramente agotados, tanto mental como físicamente.