—¿Tienes idea de lo difícil que fue encontrar humanos lo suficientemente inteligentes para ayudarme a manejar mi negocio? ¿Qué tan difícil fue reunir entre los desechos de la sociedad los ingredientes adecuados para mi camino hacia la divinidad? Tú…
El parloteo cesó. De repente, la gravedad extra había desaparecido y el hombre antinatural pudo sentir un dolor punzante en su abdomen, junto con una sensación que nunca antes había experimentado en su vida. Náuseas.
—¡Tú! —Le gritó a Lith. Mientras los demás se pusieron de pie asumiendo una formación defensiva, Lith aún estaba agachado. Varios tentáculos hechos de luz y oscuridad salieron de su cuerpo, manipulando la energía que fluía debajo de él.
El círculo mágico del conjunto fue distorsionado, convirtiendo la formación de engranajes en un desorden chapucero.
—No te preocupes por mí. —Lith respondió con una inocente sonrisa—. Sigue hablando, tu narración realmente me atrapó.