—Todavía tengo una pregunta, Capitana. —Órdenes o no, Lith no tenía intención de entrar a ciegas. Lo que estaba pasando dentro del edificio no tenía ninguna relación con él y lo mismo pasaba con las personas en el sótano.
Estaba allí por el curso del Código de Práctica, lo único que le importaba era su propia seguridad y los puntos.
—Solo apresúrate, Blanco. —La Capitana Yerna bufó—. Rojo, mantenme informada si sucede algo más.
—Dado que la misión ha cambiado, ¿cuáles son las nuevas condiciones para considerarla un éxito?
—Niño, ¿crees que esto es algún tipo de juego? ¡La gente está muriendo allí dentro! —Lith podía entender la indignación justa de Khran, pero aun así la encontraba molesta. El Sargento era un plebeyo, probablemente de orígenes humildes como él.
A diferencia de Lith, había dedicado su vida a proteger a los débiles.
'Qué tipo irritante, siempre predicando sus propias ideas. Esperaba haber dejado a este tipo de fanáticos en la Tierra.' Pensó Lith.