—¡Silencio! El Rey ni siquiera había gritado, pero su voz tenía tal autoridad que la Gran Duquesa retrocedió y dejó de hablar como si la hubiera abofeteado. —Permito el Juicio de Sangre. La Casa de Verhen ha desafiado a las Casas Lamonia, Turhat y Cranst.
Lith también estaba asombrado. Según las costumbres, solo podría desafiar a la Gran Duquesa, ya que los otros dos nobles habían dicho muy poco para ser considerados responsables de difamación. Sin embargo, el juicio de Meron superó las costumbres.
No solo era testigo de los eventos, sino también el Rey, y había declarado culpable a la Duquesa y a la Marquesa por asociación.
—Cada uno de ustedes debe elegir a su respectivo campeón, pero como esto es una Gala y no quiero perder el tiempo, permito que los tres hogares reúnan sus recursos y determinen su destino en una sola pelea si están de acuerdo. —Meron dijo.
